Datos y cifras
- En 2020 se registraron 374 millones de casos nuevos de infecciones de transmisión sexual (ITS) en todo el mundo entre adultos de edades comprendidas entre los 15 y los 49 años; de ellos, uno de cada cuatro tenía cura: sífilis, clamidiosis, gonorrea y tricomoniasis. La mayoría de esos casos podían haberse evitado mediante el uso correcto del preservativo.
- El uso de preservativos ha sido decisivo para combatir la pandemia mundial de infecciones por el VIH: según las estimaciones de las simulaciones de modelos, la mayor utilización del preservativo registrada a partir de 1990 ha evitado aproximadamente 117 millones de nuevas infecciones por el VIH (1).
- El 98 % de las mujeres cuyas parejas masculinas utilizan preservativos masculinos correctamente cada vez que mantienen relaciones sexuales a lo largo de un año estarán protegidas frente a embarazos imprevistos; cuando se utilizan preservativos femeninos, ese porcentaje es del 95%.
- Según un estudio multipartito realizado en Europa, casi un tercio de los adolescentes (30 %) declararon no haber utilizado ni preservativo ni la píldora anticonceptiva en las últimas relaciones sexuales, un porcentaje que apenas ha variado desde 2018.
- Debe proporcionarse información sin prejuicios y centrada en la persona que apoye el uso del preservativo.
- Las inequidades en materia de género, especialmente en las relaciones íntimas, son un obstáculo importante para el uso del preservativo.
- Según estudios realizados por la OMS, el Programa Especial de Investigaciones, Desarrollo y Formación de Investigadores sobre Reproducción Humana y sus asociados, las intervenciones que utilizan un lenguaje positivo en materia sexual, incluso para referirse al placer sexual, contribuyen a aumentar el uso del preservativo.
Panorama general
Los preservativos, cuando se utilizan correcta y sistemáticamente, son seguros y muy eficaces a la hora de prevenir la transmisión de la mayoría de las infecciones de transmisión sexual, incluida la infección por el VIH, y los embarazos imprevistos. Los preservativos son seguros, baratos y se encuentran ampliamente disponibles.
Existen preservativos externos (denominados también preservativos masculinos) e internos (denominados también preservativos femeninos), que son eficaces cuando se utilizan correctamente.
Cuando se utilizan preservativos, el uso de lubricantes reduce la probabilidad de que el preservativo se rompa, resbale o se deslice y puede incrementar el placer durante las relaciones sexuales. Ello es especialmente importante durante el sexo anal, ya que el recto, a diferencia de la vagina, no tiene lubricación natural. Se recomienda utilizar un lubricante a base de agua o silicona, ya que otros lubricantes, como el aceite de cocina, la mantequilla o la crema de manos, pueden hacer que el preservativo se rompa. Los lubricantes también pueden ser de utilidad para las personas que sufren sequedad vaginal asociada a la menopausia u otras afecciones cutáneas en la zona genital.
Eficacia
Los preservativos son sumamente eficaces en la prevención de embarazos, las ITS y las infecciones por el VIH. Ahora bien, su eficacia depende de que se utilicen correctamente. El riesgo de embarazo o de ITS, incluida la infección por el VIH, aumenta si los preservativos no se utilizan correctamente cuando se mantienen relaciones sexuales. Son muy pocos los embarazos o infecciones que se producen a causa de deslizamientos o roturas. Los preservativos reducen considerablemente el riesgo de la mayoría de infecciones de transmisión sexual cuando se utilizan de forma sistemática y correcta durante las relaciones sexuales, ya sean por vía vaginal, oral o anal. Si se utilizan correctamente cada vez que se mantienen relaciones sexuales, el 98 % de las mujeres cuyas parejas masculinas utilizan preservativos masculinos estarán protegidas frente a embarazos imprevistos; cuando se utilizan preservativos femeninos, ese porcentaje es del 95 %.
A fin de garantizar su eficacia, los preservativos deben cumplir las normas ISO y las especificaciones de la OMS y el UNFPA.
Repercusión mundial
En estos momentos, los preservativos son la única técnica de prevención polivalente de la que se dispone contra las infecciones por el VIH, las ITS y los embarazos imprevistos. El uso del preservativo ha sido un medio fundamental para reducir la transmisión del VIH a nivel mundial. En un estudio de modelización en el que se examinaron los efectos del uso del preservativo en el pasado y en el futuro en la epidemia de sida en 77 países donde la carga de la enfermedad era elevada, se observó que la mayor utilización del preservativo desde 1990 había evitado unos 117 millones de nuevas infecciones por el VIH, cerca de la mitad de ellas (47 %) en países de África Subsahariana y más de un tercio (37 %) en Asia y el Pacífico (1).
Además, se estima que cada año se evitan más de 300 millones de embarazos imprevistos mediante el uso de anticonceptivos, entre ellos el preservativo.
Respuesta de la OMS
La labor de la OMS relacionada con el uso del preservativo se guía por su mandato general respecto de la prestación de orientación técnica y asistencia a los Estados Miembros para fortalecer los programas relacionados con la salud y los derechos sexuales y reproductivos. Ello comprende la prevención y el control de las infecciones de transmisión sexual, entre ellas la infección por el VIH, así como los servicios de anticoncepción y planificación familiar. El uso del preservativo también está previsto en otros programas de la OMS, como los programas de educación sexual integral y de lucha contra la violencia de género.
La OMS es también uno de los cinco copatrocinadores del Programa Especial de Investigaciones, Desarrollo y Formación de Investigadores sobre Reproducción Humana (HRP), el principal instrumento del sistema de las Naciones Unidas para la investigación en la esfera de la reproducción humana cuyo objeto es determinar y atender las prioridades de investigación orientadas a mejorar la salud sexual y reproductiva.
La labor de la OMS en materia de control y propagación de las ITS, incluida la infección por el VIH, se rige por las Estrategias mundiales del sector de la salud contra el VIH, las hepatitis víricas y las infecciones de transmisión sexual, 2022-2030. Ello incluye la ampliación de las medidas de prevención primaria, como las relacionadas con la disponibilidad y el uso de preservativos. Además, la OMS apoya los esfuerzos de los países para crear un entorno propicio que permita a las personas hablar sobre las ITS, adoptar prácticas sexuales más seguras, acudir a los servicios de tratamiento y facilitar el acceso a una atención de calidad contra las ITS centrada en las personas.
La OMS también incorpora el uso de preservativos en sus programas de anticoncepción y planificación familiar, a fin de garantizar que todas las personas tengan acceso al método anticonceptivo de su preferencia y puedan decidir si quieren tener hijos, cuándo y con qué frecuencia. Ello incluye la elaboración de directrices de base empírica sobre la seguridad y eficacia de los métodos anticonceptivos y su suministro, la elaboración de normas de calidad para su fabricación, la precalificación de los productos anticonceptivos aprobados y la prestación de asistencia a los países para que introduzcan esos métodos.
Además, habida cuenta del reciente estudio que demuestra un descenso en el uso del preservativo entre los adolescentes en Europa, la Oficina Regional de la OMS para Europa exhorta a los responsables de formular políticas, los educadores y los proveedores de atención de salud a que den prioridad a la salud de los adolescentes ofreciendo educación sexual de base empírica en las escuelas, mejorando el acceso a servicios de salud sexual adaptados a los jóvenes, promoviendo un diálogo abierto para reducir la estigmatización, ofreciendo capacitación especializada a los educadores y los proveedores de atención de salud e investigando sobre los factores que influyen en los comportamientos sexuales, en particular los efectos de los medios sociales y el contenido en línea.
Referencias
- Stover J, Teng Y. The impact of condom use on the HIV epidemic. Gates Open Res. 2022 Feb 11;5:91. doi: 10.12688/gatesopenres.13278.2. PMCID: PMC8933340.