Podoconiosis (linfedema no filariásico)

1 de mayo de 2023

Datos y cifras

  • Cerca de 4 millones de personas de 17 países distintos padecen podoconiosis.
  • Esta enfermedad afecta a personas de todas las edades con independencia de su sexo, pero más a las mujeres.
  • Los afectados padecen la discapacidad que causa el edema y la desfiguración de los pies y los miembros inferiores, así como crisis agudas que causan dolor y que obligan al paciente a permanecer en cama durante 3 a 5 días en cada episodio.
  • La podoconiosis se puede prevenir evitando el contacto de los pies descalzos con suelos irritantes. Con ese fin, hay que llevar calzado, pavimentar las calles y cubrir los suelos de las viviendas.
  • El tratamiento, que es barato y sencillo, resulta especialmente beneficioso para los pacientes con menos recursos.

Panorama general

La podoconiosis causa un edema no infeccioso de las piernas de causa geoquímica (técnicamente, un linfedema) que aparece por la exposición prolongada de los pies descalzos a suelos irritantes. Esta enfermedad causa 4 millones de casos de linfedema en zonas montañosas de regiones tropicales y subtropicales de 17 países de África, Centroamérica, Sudamérica, Asia meridional y el Sudeste asiático.

La podoconiosis afecta a personas de escasos recursos que viven en zonas apartadas donde se practica la agricultura y la ganadería de subsistencia. Al dificultar estas actividades, impide que las comunidades salgan de la pobreza. Cabe señalar que las niñas y las mujeres tienen más probabilidad de contraer esta enfermedad y de sufrir sus consecuencias sociales y económicas.

Se pueden aplicar intervenciones útiles, como evitar el contacto con el suelo llevando siempre calzado desde las primeras etapas de la vida y lavarse los pies a diario. Se ha demostrado también que la aplicación de un conjunto amplio de intervenciones de control del linfedema ayuda a reducir el edema, la discapacidad y la incidencia de las crisis agudas, mejora la calidad de vida y se puede incorporar fácilmente a los servicios de atención de salud públicos que se prestan a las comunidades.

Magnitud del problema

Se sabe que hay podoconiosis en 17 países (12 africanos, tres latinoamericanos y dos asiáticos). La carga más alta de la enfermedad se da en los países tropicales africanos: alrededor de 1,5 millones de personas padecen la enfermedad en Etiopía, 40 000 en el Camerún, 9000 en Kenya y 7000 en Rwanda. 

¿Quién corre riesgo de contraer la enfermedad? 

La podoconiosis es una enfermedad habitual en las comunidades rurales que viven en zonas alejadas, sobre todo si dependen de la agricultura y la ganadería de subsistencia y no disponen de calzado ni de agua para lavarse los pies. La edad media a la que se detecta por primera vez la enfermedad es de 25 años, pero puede ser frecuente incluso en la sexta década de la vida. Se sabe también que afecta más a las mujeres: en un metaanálisis realizado recientemente, se concluyó las mujeres tienen una probabilidad 1,15 veces mayor de padecerla que los hombres. 

Signos y síntomas

Los primeros síntomas de la podoconiosis son una sensación de ardor y picor en la parte posterior de los pies. La piel se engrosa y aparecen papilomas en las áreas laterales de los pies y en los talones. Posteriormente, se forma un edema reversible en la parte inferior de las piernas y en los pies, que se va ensanchando piernas arriba. Aunque el edema es bilateral, a menudo no es simétrico y, en la mayor parte de los casos, no supera el límite de las rodillas. También son frecuentes los nódulos y la maceración en los espacios interdigitales de los pies.

Causas

Hay factores genéticos y ambientales que influyen en la aparición de esta enfermedad, si bien no se ha encontrado ninguna molécula implicada específicamente en ella. Se ha observado que existe una asociación entre la podoconiosis y zonas del genoma que, a menudo, están involucradas en respuestas inflamatorias mediadas por linfocitos T. También se ha observado una elevada actividad de linfocitos T cooperadores en los ganglios linfáticos de los afectados. Aunque, durante varias décadas, se han recogido pruebas del terreno con las que se ha vinculado esta enfermedad con los suelos de arcilla roja, sigue sin saberse cuál es el agente causal presente en el suelo. En algunos estudios se ha sugerido que puede tratarse de arcillas con esmectitas o de algunos minerales como el circonio, el aluminio y el berilio.

Tratamiento y cuidado

Actualmente, el tratamiento de la podoconiosis consiste en prevenir y reducir el linfedema (mediante la higiene de los pies, la compresión, ejercicios y la elevación), prestar atención psicosocial y a la salud mental y utilizar calzado para reducir la exposición a los suelos irritantes. Los nódulos de gran tamaño se pueden extraer quirúrgicamente y dan lugar a una buena tasa de curación. Tras la intervención, los pacientes pueden usar un calzado diseñado individualmente. Asimismo, se ha demostrado la eficacia y la rentabilidad de un conjunto integral de medidas de atención a la salud física y mental de personas con linfedema causado por la filariasis linfática, la lepra o la podoconiosis. Esta intervención holística se ha incorporado en servicios habituales de atención primaria de Etiopía. Además, se puede formar a pacientes que hayan controlado eficazmente la podoconiosis para que ayuden a otros pacientes y les orienten a fin de tratar el linfedema, siempre que este no presente complicaciones.

Prevención y control

Las principales estrategias para prevenir y controlar la podoconiosis son evitar el contacto con suelos que puedan contener sustancias irritantes (prevención primaria) y aliviar la morbilidad causada por el linfedema (prevenciones secundaria y terciaria). En los 5 años más recientes se han acumulado pruebas que indican que se pueden aplicar intervenciones de salud pública para combatir esta enfermedad, como el uso de calzado y el tratamiento de la morbilidad mediante la higiene, con las cuales se consigue reducir la incidencia de los episodios clínicos agudos. La podoconiosis se puede controlar, habida cuenta de que no hay una sustancia biológica o un vector que se deba combatir también, la magnitud relativamente pequeña del problema y el hecho de que los métodos de prevención y control de la enfermedad no exponen a riesgos.

Retos por resolver 

El principal problema que entraña el control de la podoconiosis se presenta cuando se desconoce que se trata de una enfermedad distinta de la filariasis linfática y de otras causas importantes de linfedema en los trópicos, y que requiere de estrategias distintas de prevención y control. El tratamiento es más eficaz cuando la enfermedad se diagnostica tempranamente, pero, a menudo, ello no ocurre debido a la ausencia de herramientas diagnósticas que se puedan usar en las comunidades afectadas. Además, no se conoce bien la causa ambiental exacta de la enfermedad. Por último, las autoridades nacionales y regionales deben prestar más atención a la opinión de las comunidades afectadas y a las desigualdades estructurales que perpetúan esta enfermedad prevenible. 

Repercusión mundial

Hasta hace poco, se creía que la podoconiosis provocaba síntomas pero no la muerte. Sin embargo, la tasa de mortalidad entre las personas que padecen esta enfermedad es superior a la de las personas de entornos similares que no la padecen, y la tasa de mortalidad global normalizada de esta enfermedad es de 6. Además, tiene graves consecuencias sociales y económicas. Como consecuencia de la morbilidad que causa la podoconiosis, los pacientes pierden el 45% de su tiempo económicamente productivo. Se calcula que, solo en Etiopía, la podoconiosis hace que se pierdan cada año 172 073 años de vida ajustados en función de la discapacidad (AVAD), sobre todo debido al linfedema crónico; los episodios de dermatolinfangioadenitis aguda causan la pérdida de solamente el 2,6% los AVAD. Se considera que la podoconiosis es el problema de salud más estigmatizante en las zonas donde es endémica. En el cómputo global, las puntuaciones de la calidad de vida de los pacientes son siete veces inferiores a la media y el riesgo de depresión se multiplica por 11 con respecto a las personas del mismo entorno sin podoconiosis.

Respuesta de la OMS

Las medidas terapéuticas y la acción de salud pública contra la podoconiosis se pueden integrar en el marco estratégico que abarca las enfermedades tropicales desatendidas con manifestaciones cutáneas y en el programa más amplio sobre cobertura sanitaria universal y de reducción de la pobreza.

Para aliviar el sufrimiento de los enfermos de podoconiosis se utilizarán dos estrategias de salud pública que la OMS recomienda aplicar contra las enfermedades tropicales desatendidas (ETD):

  • La gestión innovadora e intensificada de las enfermedades: las medidas de reducción de la morbilidad causada por la podoconiosis y de prevención de la discapacidad que ocasiona son similares a las que se aplican contra el linfedema filariásico y la lepra, y se ha demostrado la eficacia y rentabilidad de la atención integrada a estas tres ETD.
  • Las intervenciones en la esfera del agua, al saneamiento y la higiene: es fundamental dar acceso a agua potable para reducir la morbilidad causada por la podoconiosis y prevenir la discapacidad que ocasiona, como ocurre con otras ETD (por ejemplo, las geohelmintiasis, la esquistosomiasis, el tracoma y la filariasis linfática).

Se pueden buscar sinergias en materia de prevención fomentando el uso de calzado (que también sirve contra las mordeduras de serpiente, la geohelmintiasis, la úlcera de Buruli, el micetoma y la tungiasis) y cubriendo el suelo de las viviendas (como se hace para prevenir la tungiasis). La inclusión de la podoconiosis en la lucha contra las ETD que causan manifestaciones cutáneas permitirá mejorar la vigilancia y la visibilidad de esta enfermedad.