Nuevas resoluciones sobre:
- Producción local de medicamentos
- Poner fin a la violencia contra los niños
- Atención a los determinantes sociales de la salud
Fortalecimiento de la producción local de medicamentos y otras tecnologías de salud para mejorar el acceso
En los últimos años han aumentado las solicitudes de los Estados Miembros para que la OMS apoye el fortalecimiento de la producción local. La pandemia de COVID-19 no ha hecho sino poner aún más de relieve la urgente necesidad de mejorar la capacidad de fabricación de productos de calidad en todas las regiones del mundo, y en particular de productos innovadores y altamente eficaces en materia de salud, como las tecnologías de ARNm. Dicha capacidad es necesaria para hacer frente o incluso evitar futuras emergencias de salud pública y para mejorar el acceso a los productos de salud en general a través de sistemas de salud más robustos.
Auspiciada por más de 100 países, la resolución de hoy reclama específicamente un enfoque más integral, que abarque el conjunto del gobierno, así como estrategias y planes de acción nacionales, un entorno empresarial propicio, mejoramiento del capital humano, colaboración entre las múltiples partes interesadas y participación en redes regionales y mundiales.
La OMS se ha comprometido a celebrar en junio de este año el primer Foro Mundial sobre Producción Local, en el que tomarán parte países, asociados y otras partes interesadas para debatir estrategias de promoción de la producción local con el fin de mejorar el acceso a los productos de salud durante la actual pandemia y más allá.
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Poner fin a la violencia contra los niños
La resolución de hoy sobre Poner fin a la violencia contra los niños mediante el fortalecimiento de los sistemas de salud y enfoques multisectoriales tiene por objeto reforzar la capacidad del sector de la salud para prevenir y responder a la violencia contra los niños.
El sector de la salud desempeña un papel fundamental a la hora de documentar el alcance del problema de la violencia contra los niños; aplicar enfoques de prevención y vigilar su ejecución; y ofrecer servicios dirigidos a mitigar las consecuencias de la exposición a la violencia.
La nueva resolución enumera una serie de medidas que deben adoptar los gobiernos y la Secretaría de la OMS, en colaboración con otras partes interesadas, para garantizar la salud y el bienestar de los niños.
Cada año, cerca de mil millones de niños se ven afectados por la violencia física, sexual o psicológica, y como consecuencia de ella sufren lesiones, discapacidades y muerte, así como el impacto negativo de ser testigos de la violencia entre sus progenitores o cuidadores. Además de las consecuencias perjudiciales inmediatas y de por vida que ello supone para estas personas y familias, la violencia contra los niños socava las inversiones en el ámbito de la salud y la educación y erosiona la capacidad productiva de las generaciones futuras. Las medidas de confinamiento impuestas durante la pandemia de COVID-19 han puesto de relieve la vulnerabilidad de los niños a la violencia en el entorno familiar.
La nueva resolución invita a los países a ampliar la aplicación de dos conjuntos de medidas técnicas liderados por la OMS, a saber, INSPIRE: Siete estrategias para poner fin a la violencia contra los niños y las niñas y RESPETO a las mujeres: Prevención de la violencia contra las mujeres, elaborados para ayudar a los países a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) sobre poner fin a la violencia contra los niños (ODS 16.2) y eliminar la violencia contra las mujeres y las niñas (ODS 5.2).
El primer Informe sobre la situación mundial de la prevención de la violencia contra los niños, de 2020, midió los progresos realizados por los países en materia de prevención y respuesta a la violencia contra los niños. En el informe se destacan los importantes logros alcanzados a nivel mundial, regional y nacional, al tiempo que se subraya la urgente necesidad de acelerar los esfuerzos de prevención si se quieren alcanzar las metas de los ODS relativas a la eliminación de la violencia. La resolución invita a la Secretaría de la OMS a preparar un segundo y tercer informes, en 2025 y 2030, sobre la situación mundial de la violencia contra los niños.
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Atención a los determinantes sociales de la salud
El objetivo de esta resolución es reducir las flagrantes inequidades en materia de salud que la pandemia de COVID-19 ha puesto recientemente de manifiesto, a través de una acción más enérgica dirigida a abordar los determinantes sociales que influyen de forma decisiva en la capacidad de las personas para llevar una vida sana.
Cabe incluir entre ellos las condiciones de vida de las personas, así como su acceso al poder, el dinero y los recursos, en particular la atención de salud. Estos determinantes van ligados muchas veces a la discriminación y la persecución, como en el caso del racismo, el sexismo, el clasismo y la guerra. Y afectan a todos los aspectos de la salud.
Los niños de los hogares más pobres de los países de renta baja y mediana tienen el doble de probabilidades de morir antes de cumplir los 5 años que los de los hogares más ricos. Los habitantes de los países ricos viven hasta 16 años más que los de los pobres.
La Asamblea Mundial de la Salud adoptó resoluciones sobre los determinantes sociales de la salud en 2009 (tras el informe de la Comisión de la OMS sobre Determinantes Sociales de la Salud) y 2012 (tras la Conferencia Mundial sobre los Determinantes Sociales de la Salud y la Declaración política de Río sobre determinantes sociales de la salud).
Las desigualdades sociales y de salud que ha puesto de manifiesto la pandemia de COVID-19 han hecho que los Estados Miembros vuelvan a interesarse por la labor que lleva a cabo la OMS en relación con los determinantes sociales de la salud y por esta nueva resolución.
La resolución tiene por objeto reforzar las medidas adoptadas a escala mundial y nacional en relación con los determinantes sociales de la salud; reducir las desigualdades de salud mediante la participación de todos los sectores en la adopción de medidas concretas para mejorar las condiciones de vida y recortar las desigualdades sociales; y mejorar el seguimiento de los determinantes sociales y las inequidades en materia de salud. En la resolución se enumeran las medidas que deben adoptar los gobiernos, la sociedad civil, las organizaciones internacionales, las organizaciones intergubernamentales, el sector privado y la Secretaría de la OMS para seguir luchando contra la pandemia de COVID-19 y abordar los futuros esfuerzos de recuperación, entre otras cosas.
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