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Crecimiento infantil

    Sinopsis

    La malnutrición infantil es un importante problema de salud pública en todo el mundo. Se calcula que 144 millones de niños menores de 5 años tienen retraso del crecimiento, 47 millones sufren emaciación y 38,3 millones tienen sobrepeso u obesidad. Alrededor del 45% de las muertes de niños menores de 5 años están relacionadas con la desnutrición.

    La medición del crecimiento de los lactantes y los niños es una parte importante de la vigilancia de la salud infantil. El crecimiento inadecuado de los lactantes debido a una mala alimentación conduce a la desnutrición de los niños en muchos países de ingresos bajos y medios, lo que, si va seguido más adelante de un aumento de la ingesta de calorías, puede dar lugar a sobrepeso u obesidad.

    Los patrones de crecimiento infantil de la OMS son una herramienta de diagnóstico utilizada para monitorear y evaluar el estado nutricional de los lactantes y niños pequeños en todo el mundo. Mediante el seguimiento de la estatura y el peso corporal de los niños, los patrones permiten detectar a los niños o las poblaciones que no están creciendo adecuadamente, o que tienen un peso inferior al normal o corren el riesgo de sufrir sobrepeso, y que pueden requerir servicios de salud específicos o respuestas de salud pública.

    Los patrones de crecimiento infantil de la OMS incluyen tablas para niños y niñas por separado, que abarcan desde el nacimiento hasta los 5 años. Se utilizan en consultorios médicos, dispensarios y otros establecimientos de salud, así como en instituciones de investigación, organizaciones de promoción de la salud infantil y ministerios de salud.

    Impacto

    Se entiende que hay retraso del crecimiento cuando un niño es demasiado bajo para su edad como resultado de una malnutrición crónica o recurrente. El retraso del crecimiento es un factor de riesgo que contribuye a la mortalidad infantil y es también un indicador de las desigualdades en el desarrollo humano. Se entiende que hay sobrepeso infantil cuando un niño pesa demasiado para su estatura. Esta forma de malnutrición suele ser el resultado de un gasto de calorías demasiado bajo para la cantidad de alimentos consumidos o de desequilibrios del sistema endocrino, y aumenta el riesgo de padecer enfermedades no transmisibles en etapas posteriores de la vida. La emaciación infantil se produce cuando un niño está demasiado delgado para su estatura como resultado de una rápida pérdida de peso reciente o de la imposibilidad de ganar peso. Un niño con emaciación moderada o grave tiene un mayor riesgo de muerte, pero es posible tratarlo.

    Tanto la emaciación como el sobrepeso infantiles son formas de malnutrición y pueden coexistir en una población. En 2020, se detectó emaciación (bajo peso en relación con la estatura) y sobrepeso en el 6,7% de los niños menores de 5 años (45,4 millones) y en el 5,7% de los niños menores de 5 años (38,9 millones), respectivamente.

    Prevención

    En 2020, el 22% de los niños menores de 5 años en todo el mundo (149,2 millones) sufrían de retraso en el crecimiento, lo que supone un descenso respecto al 24,4% de 2015. Para alcanzar la meta de reducir en un 50% el número de niños con retraso del crecimiento para 2030, la tasa anual de reducción debe duplicarse (hasta el 3,9% anual) desde su actual tasa de reducción anual del 2,1%.

    Aunque la malnutrición puede manifestarse de múltiples maneras, el camino hacia la prevención es prácticamente idéntico: una nutrición materna adecuada antes y durante el embarazo y durante el periodo de lactancia materna; una lactancia materna óptima en los dos primeros años de vida; alimentos complementarios nutritivos, variados e inocuos en la primera infancia; y un entorno saludable que incluya el acceso a servicios básicos de salud, agua, higiene y saneamiento y oportunidades para realizar actividades físicas seguras.

    Muchas de estas rutas vitales para una buena nutrición están amenazadas -en particular debido a la pandemia de COVID-19- y tienen el potencial de socavar los progresos hacia el fin de todas las formas de malnutrición. Mientras el mundo responde a la pandemia y se recupera de ella, es fundamental tomar medidas urgentes para proteger la nutrición materna e infantil —especialmente en las regiones más afectadas— y garantizar un futuro en el que el derecho a la nutrición sea una realidad para todos los niños.

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