Nutrición
La nutrición es un aspecto crítico de la salud y el desarrollo. La buena nutrición guarda relación con la buena salud del lactante, el niño y la madre; sistemas inmunitarios más fuertes; embarazos y partos más seguros; menos riesgos de enfermedades no transmisibles (tales como diabetes y enfermedades cardiovasculares) y longevidad.
Los niños sanos aprenden mejor. Las personas con nutrición apropiada son más productivas y pueden generar oportunidades para romper gradualmente los ciclos de pobreza y hambre.
La malnutrición, en todas sus formas, plantea importantes amenazas para la salud humana. En la actualidad, el mundo afronta una doble carga de morbilidad por malnutrición que incluye la subnutrición y el sobrepeso, especialmente en países de ingresos bajos y medianos.
La OMS proporciona asesoramiento científico e instrumentos para la adopción de decisiones, que pueden ayudar a los países a tomar medidas dirigidas a luchar contra todas las formas de malnutrición, con miras a promover la salud y el bienestar para todos, a todas las edades.
Las cifras y los datos presentados consideran los riesgos planteados por todas las formas de malnutrición, a partir de las etapas más tempranas del desarrollo, y las respuestas que el sistema de salud puede dar, bien sea directamente o por medio de su influencia en otros sectores, en particular el alimentario.
Las estimaciones más recientes muestran que, a nivel mundial, 149.2 millones de niños menores de 5 años tienen retraso en el crecimiento (demasiado bajos para su edad) y 45.4 millones tienen emaciación (bajo peso para su altura). El número de niños con retraso en el crecimiento está disminuyendo en todas las regiones excepto en África. Más de tres cuartas partes de todos los niños que sufren de emaciación severa viven en Asia.
Alrededor del 45% de las muertes entre los niños menores de 5 años están relacionadas con la desnutrición. Estas ocurren principalmente en países de ingresos bajos y medianos.
La anemia es un grave problema de salud pública mundial que afecta particularmente a los niños pequeños y a las mujeres embarazadas. La OMS estima que el 40% de los niños menores de 5 años y el 37% de las mujeres embarazadas en todo el mundo padecen anemia. El treinta por ciento de las mujeres en edad reproductiva padecen anemia.
A nivel mundial, 1.9 mil millones de adultos tienen sobrepeso u obesidad y 38.9 millones de niños menores de 5 años tienen sobrepeso. Las tasas de sobrepeso y obesidad infantil están aumentando, particularmente en países de ingresos altos y medianos-altos.
Aunque la lactancia materna protege contra la desnutrición y el sobrepeso, solo el 44% de los bebés menores de 6 meses han tenido lactancia materna exclusiva.
Por otro lado, el consumo elevado de sodio (más de 5 g de sal al día día) contribuye a la hipertensión arterial y aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. La mayoría de las personas consumen demasiada sal: en promedio, 9-12 gramos por día, o alrededor del doble del nivel máximo recomendado.
Según la estrategia de nutrición 2016-2025, la OMS utiliza su poder de convocatoria para ayudar a establecer, alinear y abogar por prioridades y políticas que impulsen la nutrición a nivel mundial; desarrolla directrices basadas en evidencia informada y marcos científicos y éticos sólidos; apoya la adopción de directrices y la implementación de acciones nutricionales efectivas; y monitorea y evalúa la implementación de políticas y programas y los resultados nutricionales.
Este trabajo está enmarcado por el Plan de implementación integral sobre nutrición materna, infantil y del niño pequeño, adoptado por los Estados Miembros a través de una resolución de la Asamblea Mundial de la Salud en 2012. Las acciones para acabar con la malnutrición también son vitales para lograr los objetivos relacionados con la dieta contenidos en el Plan de acción mundial para la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles 2013-2020, la Estrategia mundial para la salud de las mujeres, los niños y los adolescentes 2016-2030, el informe de la Comisión para poner fin a la obesidad infantil (2016) y la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible.
En mayo de 2018, la Asamblea Mundial de la Salud aprobó el 13º Programa General de Trabajo (GPW13), que guía el trabajo de la OMS en 2019-2023. La reducción de la ingesta de sal/sodio y la eliminación de las grasas trans producidas industrialmente de la oferta alimentaria se identifican en el GPW13 como parte de las acciones prioritarias de la OMS para lograr los objetivos de garantizar vidas saludables y promover el bienestar para todos en todas las edades.