Vaginosis bacteriana

21 de noviembre de 2024

Datos y cifras

  • La vaginosis bacteriana es una causa muy frecuente de flujo vaginal anormal en las mujeres en edad de procrear.
  • Es tratable y curable. 
  • Su prevalencia varía en función del país y el grupo de población, pero, de acuerdo con una reciente revisión sistemática y un metaanálisis de la prevalencia mundial de la vaginosis bacteriana en mujeres en edad de procrear, oscila entre el 23 % y el 29 %.
  • La vaginosis bacteriana aumenta el riesgo de contraer la infección por el VIH y de contraer y transmitir otros patógenos que causan infecciones de transmisión sexual. Si no se trata, puede afectar negativamente al embarazo.

Panorama general

La vaginosis bacteriana es una afección muy frecuente en las mujeres.

Aunque está presente en todo el mundo, es más frecuente en entornos con pocos recursos y en zonas con escaso acceso a la atención de salud.

No se conoce la causa exacta de la afección. Si bien en una vagina sana se encuentran normalmente muchas bacterias «buenas», la vaginosis bacteriana se debe a un desequilibrio entre microorganismos bacterianos «buenos» y «perjudiciales». Más concretamente, un crecimiento excesivo de patógenos como Gardnerella spp., Prevotella spp., Mobilincus spp., Megaspahera spp., Sneathea spp. y especies varias de bacterias anaerobias vaginales puede acabar por sustituir a los lactobacilos «beneficiosos» que contribuyen a mantener un ecosistema vaginal sano. No se conoce la causa exacta de ese desequilibrio, pero se ha atribuido a los lavados (duchas) vaginales y a las relaciones sexuales sin protección con una nueva pareja sexual o varias.

Signos y síntomas

Algunas mujeres con vaginosis bacteriana pueden no presentar ningún síntoma, mientras que otras pueden experimentar:

  • flujo vaginal inusual;
  • un fuerte olor similar al del pescado o a humedad en la vagina;
  • picor o irritación alrededor de la vagina; y
  • sensación de quemazón al orinar.

La vaginosis bacteriana es una afección muy frecuente que no suele causar complicaciones graves. Con todo, si no se trata, puede provocar:

  • problemas durante el embarazo (por ejemplo, aborto espontáneo y parto prematuro);
  • mayor riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual, incluso por el VIH;
  • enfermedad inflamatoria pélvica.

La higiene y el lavado (ducha) vaginales pueden aumentar el riesgo de sufrir vaginosis bacteriana. Otro factor de riesgo es la realización de prácticas intravaginales, como la introducción de  hierbas u otros productos en la vagina.

Diagnóstico

El personal de salud analiza los antecedentes médicos y sexuales de la paciente y realiza una exploración genital para detectar la presencia de anomalías en el flujo vaginal. La prueba diagnóstica más frecuentemente utilizada para detectar la vaginosis bacteriana es la microscopia en frotis húmedo o mediante tinción de Gram de un frotis de secreciones vaginales, posiblemente combinados con mediciones del pH vaginal y la prueba de olor siguiendo los criterios de Amsel.

La evaluación clínica de la vaginosis bacteriana y las pruebas realizadas en laboratorio pueden verse afectadas por factores como la actividad sexual reciente, el ciclo menstrual, los lavados (duchas) vaginales, las prácticas intravaginales (introducción de hierbas u otros productos en la vagina) y el uso de fármacos antimicrobianos.

Cuando no se pueda hacer un diagnóstico en un laboratorio, se recomienda adoptar un enfoque sindrómico en el manejo de casos para diagnosticar y tratar el flujo vaginal anormal.

Tratamiento

La vaginosis bacteriana es tratable y curable.

El mejor tratamiento es el antibiótico metronidazol, si bien la eficacia de los tratamientos contra la vaginosis bacteriana es baja si no se combinan con consejos sobre el modo de vida o la reducción de riesgos. Asimismo, se deberían ofrecer a la paciente instrucciones adicionales para evitar la higiene y los lavados (duchas) vaginales excesivos y la realización de prácticas intravaginales.

Otros tratamientos:

  • gel de metronidazol
  • tinidazol
  • clindamicina (por vía oral)
  • clindamicina (uso tópico)
  • secnidazol.

Las mujeres que solicitan atención por flujo vaginal anómalo, y a las que se atiende con arreglo al enfoque sindrómico, reciben tratamiento contra la vaginosis bacteriana, la candidiasis y la tricomoniasis. El metronidazol está indicado tanto en la vaginosis bacteriana como en la tricomoniasis, mientras que los antifúngicos tópicos o por via oral están indicados en la candidiasis.

Respuesta de la OMS

La OMS colabora con sus asociados y Estados Miembros para reducir los casos de vaginosis bacteriana en todo el mundo. Ello incluye el fomento de la investigación y las pruebas para conocer mejor la epidemiología de la vaginosis bacteriana, la morbimortalidad que causa y sus repercusiones, sobre todo en los países de ingreso mediano y bajo.

En 2021 el Departamento de la OMS de Programas Mundiales sobre VIH, Hepatitis e Infecciones de Transmisión Sexual publicó las directrices sobre el tratamiento de las infecciones de transmisión sexual sintomáticas (en inglés) para ofrecer recomendaciones clínicas y prácticas actualizadas y basadas en la evidencia sobre el tratamiento de las personas con estas infecciones.

En 2024 la OMS publicó unas recomendaciones para el tratamiento de las infecciones por Trichomonas vaginalis, Mycoplasma genitalium o Candida albicans, la vaginosis bacteriana y el papilomavirus humano (en inglés) para ofrecer recomendaciones clínicas y prácticas basadas en la evidencia sobre el tratamiento de las personas con estas infecciones.