E. Aegler/The End Fund
People affected by onchocerciasis (river blindness) develop eye lesions which can lead to visual impairment and permanent blindness.
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Oncocercosis

29 de enero de 2025

Datos y cifras

  • La oncocercosis, o ceguera de los ríos, es una enfermedad parasitaria causada por un parásito, el nemátodo filárico Onchocerca volvulus.
  • El parásito se propaga y transmite al ser humano por repetidas picaduras de moscas negras infestadas, que se reproducen en cursos de aguas rápidas.
  • Los síntomas de la enfermedad son: prurito intenso, afecciones cutáneas desfigurantes y discapacidad visual, que a veces da lugar a ceguera permanente.
  • La enfermedad afecta principalmente a poblaciones rurales de África subsahariana y el Yemen. También hay focos más pequeños de endemismo en ciertas zonas de América Latina.
  • El principal procedimiento que se utiliza actualmente para eliminar la oncocercosis es la administración masiva de ivermectina a poblaciones enteras, estrategia que exige una cobertura terapéutica de como mínimo el 80 %. El laboratorio Merck dona la ivermectina bajo la marca Mectizan®.

Panorama general

La oncocercosis se transmite al ser humano por la picadura de una mosca negra infestada del género Simulium, insecto que se reproduce en ríos y arroyos de aguas rápidas. Antes de ejercer de vector, el ejemplar de mosca negra ha ingerido microfilarias (gusanos inmaduros) al picar a una persona infestada. Estas microfilarias se desarrollan dentro de la mosca, donde devienen larvas infecciosas que después se transmitirán a otra persona por la picadura de la mosca. Una vez dentro del anfitrión humano, las larvas maduran hasta llegar al estadio de gusano adulto y formar nódulos bajo la piel. Las poblaciones humanas deben ser tratadas mientras los gusanos sigan reproduciéndose y generando microfilarias, esto es, durante un mínimo de 10 a 15 años, que es el tiempo de vida de un O. volvulus adulto.

Alcance del problema

Más del 99 % de las personas infestadas viven en África y el Yemen. El 1 % restante vive en la frontera del Brasil con Venezuela (República Bolivariana de). En 2023 fue necesario dispensar tratamiento preventivo contra la oncocercosis a por lo menos 249,5 millones de personas. En 2017, según los cálculos del Estudio sobre la Carga Mundial de Morbilidad, 14,6 millones de las personas infestadas tenían afectación cutánea y 1,15 millones habían sufrido pérdida de visión.

Después de décadas de fructífero trabajo para eliminar la enfermedad, la OMS ha podido comprobar la ausencia de oncocercosis en cinco países, cuatro de la región de las Américas: Colombia (2013), el Ecuador (2014), México (2015) y Guatemala (2016), y uno africano: el Níger (2025). 

El Senegal dejó de administrar tratamiento en 2022 y ahora está en fase de vigilancia postratamiento. Guinea Ecuatorial, Etiopía, Malí, Nigeria, el Sudán, Tanzanía, el Togo, Uganda y Venezuela (República Bolivariana de) han puesto fin a la administración masiva de medicamentos en por lo menos un foco. 

En todo el mundo, 1,8 millones de personas viven en zonas donde la administración masiva de medicamentos contra la oncocercosis ha dejado de ser necesaria.

Estos hitos demuestran que el planteamiento es conceptualmente correcto y que es posible avanzar en la lucha contra las enfermedades tropicales desatendidas (ETD) en todo el continente africano. 

En el parte epidemiológico semanal (Weekly Epidemiological Record) del 11 de octubre de 2024 se ofrece información detallada sobre las estadísticas anuales de 2023.

Signos y síntomas clínicos

La oncocercosis es una enfermedad de la piel y los ojos. Los síntomas se deben a la presencia de microfilarias, que se desplazan por el tejido subcutáneo del cuerpo humano y al morir provocan una intensa respuesta inflamatoria. Las personas infestadas pueden presentar síntomas como prurito intenso y diversas afecciones cutáneas, así como lesiones oculares que pueden desembocar en discapacidad visual y ceguera permanente. En la mayoría de los casos se forman nódulos subcutáneos alrededor de las filarias adultas. En los niños, una exposición temprana a la infestación por O. volvulus viene asociada a epilepsia.

Programas de prevención, control y eliminación

Entre 1974 y 2002 se logró controlar la oncocercosis en África Occidental gracias al trabajo del Programa de Lucha contra la Oncocercosis (OCP, por sus siglas en inglés), que recurrió principalmente a la fumigación con insecticidas contra las larvas de mosca negra (lucha antivectorial) desde helicópteros y aviones. A partir de 1989 se complementó esta labor con la distribución a gran escala de ivermectina.

En 1995 se puso en marcha el Programa Africano de Lucha contra la Oncocercosis (APOC, por sus siglas en inglés), con el objetivo de controlar la oncocercosis en los países de África en los que seguía siendo endémica. El APOC estuvo vigente hasta finales de 2015, cuando empezó la transición hacia la fase de eliminación de la enfermedad. Su principal estrategia pasaba por un tratamiento sostenido con ivermectina que discurría bajo la dirección de las propias comunidades, a lo que en caso necesario se añadían medidas de lucha antivectorial con métodos ambientalmente inocuos.

Inspirándose en los éxitos obtenidos por el OCP y el APOC, la Oficina Regional de la OMS para África puso en marcha el Proyecto Especial Ampliado para la Eliminación de las Enfermedades Tropicales Desatendidas (ESPEN, 2016-actualidad), desde el cual se presta apoyo técnico a los programas nacionales sobre las ETD y se respalda su labor de recaudación de fondos para ayudar a acelerar la eliminación de la ceguera de los ríos en los países africanos.

En 25 países de África se han establecido otros tantos comités nacionales de eliminación de la oncocercosis encargados de definir y aplicar nuevas estrategias. En enero de 2023 la OMS, sus Estados Miembros y sus asociados pusieron en marcha la Red Mundial para la Eliminación de la Oncocercosis (GONE) con el objetivo de ayudar a los países a avanzar más deprisa hacia el cumplimiento de las metas fijadas en la hoja de ruta para la eliminación de esta enfermedad.

En las Américas, el l Programa de Eliminación de la Oncocercosis para la región (OEPA, 1992-actualidad) fue puesto en marcha en 1992 con el objetivo de eliminar la morbilidad e interrumpir la transmisión de la ceguera de los ríos en seis países de las Américas de endemia: el Brasil, Colombia, el Ecuador, Guatemala, México y Venezuela. El OEPA es una alianza integrada por estos seis países, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), entidades del sector privado, países donantes y organizaciones no gubernamentales de desarrollo.

Tratamiento

La OMS recomienda tratar la oncocercosis con ivermectina al menos una vez al año durante un periodo de entre 10 y 15 años. Allí donde O. volvulus coexiste con Loa loa, otro nematodo filárico, quizá sea preciso adaptar los métodos de tratamiento. Loa loa es endémico en Angola, el Camerún, el Chad, Guinea Ecuatorial, el Gabón, Nigeria, la República Centroafricana, la República del Congo, la República Democrática del Congo y Sudán del Sur. Ocasionalmente, el tratamiento puede tener efectos adversos graves en las personas con elevados niveles de Loa loa en sangre.  Para prevenir y tratar estos efectos, los países afectados deben seguir las recomendaciones del Comité de Expertos sobre Mectizan® (MEC) del APOC.

Prioridades de investigación

Para hacer realidad la eliminación de la oncocercosis se requieren planes ambiciosos de investigación que ayuden a impulsar los programas en la materia. Entre las necesidades específicas a las que debe responder la investigación destacan las siguientes:

  • optimizar las estrategias para llegar a poblaciones marginadas y migrantes;
  • avalar procedimientos de cartografía y de intervención segura allí donde la oncocercosis y la loasis sean endémicas a la vez;
  • definir con más precisión los umbrales para poner fin a la administración masiva de ivermectina;
  • obtener medios de diagnóstico fiables para respaldar los procesos decisorios de los programas;
  • demostrar la utilidad de las medidas de lucha antivectorial como parte de los programas;
  • ensayar nuevas pautas de tratamiento;
  • optimizar el diseño de los estudios mediante nuevas herramientas geoestadísticas;
  • optimizar el uso de imágenes de satélite y herramientas geoespaciales para la detección de criaderos;
  • elaborar una respuesta adecuada a toda señal de la presencia de O. volvulus que se detecte en el curso de la vigilancia epidemiológica;
  • elaborar estrategias para el periodo posterior a la verificación;
  • estudiar posibilidades para integrar la vigilancia.

Respuesta de la OMS

La OMS brinda apoyo administrativo, técnico y en materia de investigación operativa a las regiones en las que hay transmisión de la oncocercosis.

En la Hoja de Ruta para las Enfermedades Tropicales Desatendidas 2021-2030, la oncocercosis figura como una de las enfermedades por eliminar. En este documento se fijan metas ambiciosas para 2030: lograr que la administración masiva de ivermectina deje de ser necesaria en al menos un foco en 34 países, en más del 50 % de la población en al menos 16 países y, como mínimo en 12 países, en el conjunto de las poblaciones en que la oncocercosis sea endémica.

El Subgrupo Asesor Técnico sobre Oncocercosis (OTS, por sus siglas en inglés), establecido por la OMS en 2017, se encarga de orientar y supervisar las investigaciones operativas destinadas a determinar las zonas con oncocercosis endémica en las que es necesaria la administración masiva de ivermectina. El Grupo Consultivo Técnico sobre Diagnóstico de enfermedades tropicales desatendidas señaló como prioridad específica la obtención de nuevas herramientas de diagnóstico de la oncocercosis.

Con la transición que lleva de la fase de lucha a la de eliminación, es preciso cartografiar grandes zonas de África para determinar si la transmisión aún está activa y si el tratamiento sigue siendo necesario. Se ha elaborado una estrategia de muestreo denominada «cartografía de la eliminación de la oncocercosis» para ayudar a los países a realizar esos estudios e iniciar los tratamientos allí donde sea necesario.