OMS
Campaña de vacunación en el campamento de Kutupalong, en Cox's Bazar (Bangladesh)
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El Fondo para Contingencias relacionadas con Emergencias permite actuar rápidamente para salvar vidas

22 de marzo de 2018

En octubre de 2016, Haití fue azotado por el huracán más potente en 50 años. El huracán Matthew causó grandes daños, ocasionó más de 470 defunciones, dejó a más de 175 000 personas sin hogar, y diezmó la ya limitada infraestructura del país.

A pesar de la devastación causada por el huracán, la OMS envió material sanitario—incluidos equipos de diagnóstico y tratamiento del cólera y el paludismo— a las zonas afectadas en los cinco días posteriores a la solicitud de ayuda.

Los profesionales sanitarios que trabajan en los accidentes y las emergencias médicas llaman «momento crítico» y «hora de oro» a los minutos que siguen a un traumatismo durante los cuales actuar correctamente puede aumentar significativamente las posibilidades de supervivencia.

En el caso de las emergencias sanitarias se aplica el mismo principio. Tanto en los brotes como en las crisis humanitarias, responder con rapidez puede ser vital.

El Dr. Peter Salama, Subdirector General de la OMS para la Preparación y Respuesta ante Emergencias, señala: «Sabemos que cada dólar gastado en los primeros días puede suponer un ahorro de US$ 10 semanas después. Sin embargo, es difícil conseguir los recursos necesarios para poner en marcha la respuesta a las emergencias que llegan de improviso. Este déficit de financiación suele aumentar los costos totales y el número de víctimas». 

Cuando el virus de Zika, un patógeno que puede causar daños neurológicos en los recién nacidos, fue declarado una emergencia de salud pública de interés internacional en febrero de 2016, se necesitaron seis semanas para poder empezar a utilizar los fondos prometidos por los donantes.

Sin embargo, la OMS ha podido actuar con mayor rapidez en Haití gracias a un sistema especial de financiación: el Fondo para Contingencias relacionadas con Emergencias.

La estructura exclusiva de este fondo permite disponer de hasta US$ 500 000 en menos de 24 horas, a la espera de que lleguen otras fuentes de financiación, como los fondos a los que se han comprometido los donantes.

En mayo de 2017 se registraron una serie de defunciones de causa desconocida en una región aislada de la República Democrática del Congo. La OMS envió un equipo a la zona en 24 horas con fondos del Fondo de Reserva de Emergencia. A finales de julio, el brote de la enfermedad por el virus del Ebola, que causó cuatro defunciones, se había controlado. Es muy probable que disponer con rapidez de
US$ 2 millones salvara miles de vidas y ahorrara miles de millones de dólares, teniendo en cuenta que el brote de esta enfermedad registrado en África Occidental en 2014 causó más de 11 000 muertes y que se necesitaron más de US$ 3600 millones para contenerlo.

A finales del pasado año, Madagascar sufrió el peor brote de peste neumónica del que se tiene constancia, con un saldo de más de 200 víctimas mortales. La OMS aportó US$ 1,5 millones para agilizar la intervención, que incluyó el envío de 135 expertos y de más de un millón de dosis de antibióticos. En pocos meses se logró contener el brote y se evitó la propagación de la enfermedad fuera de la isla.

En Cox's Bazar (Bangladesh), la OMS ha asignado US$ 5 millones del Fondo para Contingencias relacionadas con Emergencias para responder a la crisis que ha afectado a la etnia rohinyá. Estos fondos se utilizaron para proporcionar medicamentos, mejorar la inocuidad del agua, llevar a cabo una vigilancia de las enfermedades y ayudar a vacunar a miles de millones de refugiados contra el sarampión, la poliomielitis, la difteria y el cólera.

Hasta la fecha, la OMS ha utilizado más de US$ 46 millones de este Fondo para responder con celeridad a más de 60 brotes de enfermedades, crisis humanitarias y catástrofes naturales. En 2017, se desembolsaron casi US$ 20 millones del Fondo en operaciones desarrolladas en 23 países, la mayoría de los cuales se enviaron en menos de 24 horas.

Como indica el Dr. Salama, «sin el Fondo para Contingencias relacionadas con Emergencias, no hubiéramos podido controlar los recientes brotes de ebola en la República Democrática del Congo, la enfermedad por el virus de Marburg en Uganda y la peste neumónica en Madagascar. Es una fuente de financiación fiable y flexible que nos permite actuar con rapidez y hacer del mundo un lugar más seguro».

Además, este Fondo tiene una estructura común sencilla que permite reducir los costos de las transacciones. Así, países que no suelen contribuir a la ayuda de emergencia —tal vez porque no disponen de sistemas o recursos financieros necesarios— también pueden contribuir al fondo. Es el caso de Estonia, que, hasta ahora, ha aportado más de US$ 145 000.

Taavo Lumiste, representante del Ministerio de Relaciones Exteriores de Estonia, explica: «Hemos visto que [el Fondo] permitió que la OMS actuara de inmediato en diversas situaciones, como la lucha contra la fiebre amarilla [en varios países] y la ayuda a los afectados por el huracán que devastó Haití. Los fondos proporcionados en las primeras horas de una emergencia salvan vidas y pueden reportar importantes ahorros. Por ello, sería bueno que otros donantes contribuyan al Fondo». 

El mayor donante al Fondo para Contingencias relacionadas con Emergencias es Alemania, que ha aportado más US$ 13 millones. El embajador Ulrich Seidenberger, Representante Permanente Adjunto de la Misión de Alemania en Ginebra, explica que «las emergencias pueden declararse de improviso. Es preciso que la OMS disponga de la capacidad y los recursos necesarios para responder adecuadamente y con inmediatez».