Tras cinco años de un conflicto atroz y sin sentido, más de un cuarto de millón de sirios han muerto y más de la mitad de la población se ha visto obligada a huir de su hogar impulsada por el miedo y las privaciones. Unos 4,6 millones de personas sobreviven apenas en lugares de los que es casi imposible salir y adonde no llega la ayuda. Otros 4,8 millones han abandonado el país.
En las últimas semanas, sin embargo, se han visto signos alentadores, frágiles rayos de esperanza. Caen menos bombas; el acceso a la ayuda humanitaria se ha abierto en algunos lugares; portavoces de todos los bandos están dispuestos a reunirse y negociar. Como participantes en la ayuda humanitaria, damos la bienvenida a estos avances cuando conllevan verdaderos cambios.
La OMS y sus asociados piden un mejor acceso, y que se respete el derecho internacional, para llegar a millones de personas que necesitan atención médica urgente.