La OMS reitera su llamamiento a la protección de la atención de salud y la asistencia humanitaria en Gaza tras los retrasos en los puestos de control militares y la detención de asociados de salud durante una misión para trasladar pacientes enfermos en estado crítico y entregar suministros a un hospital del norte de Gaza. Al parecer, un paciente ha perdido la vida durante la misión.
El 9 de diciembre de 2023, un equipo de la OMS, en colaboración con la Sociedad de la Media Luna Roja Palestina y la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA), y con el apoyo del Departamento de Seguridad (DS) de las Naciones Unidas, completó una misión de alto riesgo en el Hospital Al-Ahli, en Gaza, para entregar suministros médicos, evaluar la situación del hospital y transferir a los pacientes gravemente heridos a un hospital en el sur. La misión entregó al hospital suficientes suministros quirúrgicos y traumatológicos para tratar a 1500 pacientes y trasladó a 19 pacientes en estado crítico y a 14 acompañantes al Complejo Médico Nasser, en el sur de Gaza, donde podrán recibir un mayor nivel de atención.
En su desplazamiento hacia el norte, el convoy de la ONU fue inspeccionado en el puesto de control de Wadi Gaza, y la tripulación de las ambulancias tuvo que abandonar los vehículos para ser identificada. Dos miembros del personal de la Sociedad de la Media Luna Roja Palestina fueron detenidos durante más de una hora, lo que retrasó aún más la misión. El personal de la OMS presenció cómo uno de ellos fue obligado a arrodillarse a punta de pistola y después fue apartado de la vista, donde, según parece, se le hostigó, golpeó, desnudó y registró.
Cuando la misión entró en Gaza, el camión de ayuda que transportaba los suministros médicos y una de las ambulancias recibieron impactos de balas.
En el camino de regreso hacia el sur de Gaza, con los pacientes del Hospital Al-Ahli a bordo, el convoy fue detenido de nuevo en el puesto de control de Wadi Gaza, donde el personal de la Sociedad de la Media Luna Roja Palestina y la mayoría de los pacientes tuvieron que abandonar las ambulancias para someterse a controles de seguridad. Los pacientes en estado crítico que se encontraban dentro de las ambulancias fueron registrados por soldados armados.
Uno de los dos miembros del personal de la Sociedad de la Media Luna Roja Palestina que habían sido detenidos en el trayecto de ida fue interrogado por segunda vez. La misión realizó numerosos intentos de coordinar su liberación, pero al final —tras más de dos horas y media— tuvo que tomar la difícil decisión de abandonar esta zona altamente peligrosa y continuar, por la seguridad y el bienestar de los pacientes y los trabajadores humanitarios. (Tres ambulancias que transportaban a pacientes en estado extremadamente crítico ya habían continuado antes, mientras que otras tres permanecieron junto al convoy). La Sociedad de la Media Luna Roja Palestina informó posteriormente de que, durante el desplazamiento, uno de los pacientes heridos falleció como resultado de heridas no tratadas.
El miembro del personal de la Sociedad de la Media Luna Roja Palestina fue liberado esa misma noche, unas horas más tarde, después de los esfuerzos conjuntos de las Naciones Unidas. El equipo de la OMS se reunió ayer con él, así como su padre, su supervisor y sus colegas. Declaró que le hostigaron, golpearon y amenazaron. Le despojaron de su ropa y le vendaron los ojos. Le ataron las manos detrás de la espalda y le trataron de manera degradante y humillante. Una vez liberado, se le dejó caminar hacia el sur con las manos aún atadas a la espalda, sin ropa ni zapatos.
Ya ha habido detenciones previas durante las misiones humanitarias en Gaza.
El 22 de noviembre, seis miembros del Ministerio de Salud y de la Sociedad de la Media Luna Roja Palestina fueron detenidos durante una misión de la OMS para trasladar a pacientes del Hospital Al-Shifa. Cuatro personas, tres del Ministerio de Salud y un trabajador de la Sociedad de la Media Luna Roja Palestina, siguen detenidos tras tres semanas. No hay información sobre su bienestar o su paradero. Esto es inaceptable. La OMS, junto con sus familiares, colegas y seres queridos, está profundamente preocupada por su bienestar. Reiteramos nuestra petición de que se respeten sus derechos judiciales y humanos.
La obstrucción de las ambulancias y los ataques contra los trabajadores humanitarios y de salud son inadmisibles.
Quienes se dedican a la atención de salud, incluidas las ambulancias, están protegidos por el derecho internacional. Deben ser respetados y protegidos en todas las circunstancias.
Las dificultades a las que se enfrentó esta misión muestran el reducido margen que tienen los agentes humanitarios para prestar ayuda dentro de Gaza, pese a que se necesita urgentemente acceder para aliviar la catastrófica situación humanitaria, como se pidió en la resolución adoptada por los miembros del Consejo Ejecutivo de la OMS el 10 de diciembre.
La OMS y sus asociados mantienen su firme compromiso de permanecer en Gaza y ayudar a la población. No obstante, con el aumento de las hostilidades en Gaza, la ayuda no cubre las necesidades y el sistema de ayuda humanitaria está al borde del colapso.
La única solución viable es un alto el fuego sostenido, de modo que la OMS y sus asociados puedan trabajar de forma segura y sin trabas para fortalecer un sistema de salud en deterioro, reponer suministros cruciales como el combustible, los medicamentos y otra ayuda esencial, y prevenir enfermedades, hambre y más sufrimiento en la Franja de Gaza.
Nota para los editores sobre el Hospital Al-Ahli
Durante la misión antedicha a Gaza, que ha quedado enormemente destruida, el personal de la OMS vio a cientos de personas, entre ellas mujeres, personas mayores y niños, que parecían sorprendidas al ver a trabajadores de ayuda humanitaria en esta zona, dadas la volatilidad y la inseguridad de la situación.
El personal de la OMS describió el Hospital Al-Ahli como «caos total y una zona de desastre humanitario». Está sumamente saturado, con muchas personas desplazadas y más de 200 pacientes, aunque solo tiene recursos suficientes para mantener 40 camas, la mitad de su capacidad original. El edificio ha sufrido daños considerables debido a las hostilidades.
Los médicos declararon que la situación está «fuera de control», ya que se enfrentan a la escasez de combustible, oxígeno y suministros médicos esenciales, así como a la falta de alimentos y agua para los pacientes y para ellos mismos. La capacidad del personal de salud es mínima, la atención de enfermería es muy limitada y el hospital depende en gran medida de los voluntarios.
Los médicos atienden a un gran número de pacientes con traumatismos, tanto dentro del hospital como en la calle, por lo que se ven obligados a priorizar quién recibe atención y quién no. Muchos casos graves están siendo tratados en los pasillos, el suelo o la capilla del hospital, incluso en la calle. El hospital tiene una grave escasez de personal y carece de la capacidad para realizar operaciones vasculares. Se opta por la amputación de las extremidades como último recurso para salvar vidas.