Declaración acerca de la undécima reunión del Comité de Emergencias del Reglamento Sanitario Internacional (2005) sobre la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19)

13 de abril de 2022
Declaración

La undécima reunión del Comité de Emergencias convocada por el Director General de la OMS en virtud del Reglamento Sanitario Internacional (2005) (RSI) sobre la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19) se celebró el lunes 11 de abril de 2022 de 12.00 a 16.30 horas (hora de Ginebra, horario centroeuropeo).

Diligencias de la reunión

Los miembros y asesores (en inglés) del Comité de Emergencias celebraron la reunión por videoconferencia.

El Director General dio la bienvenida a los miembros del Comité y a sus asesores. Afirmó que el mundo dispone de herramientas para limitar la transmisión del virus, salvar vidas y proteger los sistemas de salud. Manifestó su esperanza en la situación epidemiológica actual y recordó que la tasa de defunciones notificadas ahora mismo en el mundo es la más baja de los dos últimos años. Sin embargo, el comportamiento del virus del SARS-CoV-2 es impredecible y las respuestas nacionales siguen siendo insuficientes, por lo que persiste el contexto de pandemia mundial. El Director General recalcó la importancia de que los Estados Partes adopten las contramedidas médicas y las medidas sociales y de salud pública disponibles. En este sentido, hizo hincapié en la publicación del Plan estratégico de preparación, disposición operativa y respuesta frente a la COVID-19(en inglés) actualizado, que traza una hoja de ruta para poner fin a la emergencia causada por la COVID-19 en mundo durante 2022 y prepararse ante futuros acontecimientos.

Los representantes de la Oficina del Asesor Jurídico (LEG) y del Departamento de Conformidad, Gestión de Riesgos y Ética (CRE) informaron a los miembros sobre sus funciones y responsabilidades. El responsable en materia de ética de CRE proporcionó a los miembros y asesores una visión general del proceso de declaración de intereses en la OMS. Se informó a los miembros y asesores de que es su responsabilidad individual revelar a la OMS, de manera oportuna, cualquier interés de carácter personal, profesional, financiero, intelectual o comercial que pueda dar lugar a un conflicto de intereses percibido o directo. Además, se les recordó su deber de mantener la confidencialidad de los debates de la reunión y del trabajo del Comité. Con ese fin, se preguntó a todos los miembros presentes y no se detectó ningún conflicto de intereses. 

La Secretaría cedió la palabra al Presidente, el Profesor Didier Houssin, quien pasó revista a los objetivos y el orden del día de la reunión. 

La Secretaría presentó información sobre la situación actual de la pandemia de COVID-19 y un proyecto sobre cómo optimizar la respuesta continua a la pandemia de COVID-19 en 2022. La ponencia se centró en lo siguiente:

  • el contexto epidemiológico mundial y los factores que siguen impulsando la transmisión;
  • una actualización sobre el tráfico internacional y sobre los certificados para acreditar la vacunación contra la COVID-19 o los resultados de las pruebas;
  • el estado de la vacunación contra la COVID-19; y
  • los objetivos estratégicos que deben incorporar los países en su respuesta a la COVID-19.

El Comité deliberó sobre cuestiones clave como las variantes del SARS-CoV-2; el uso y el acceso equitativo a los antivíricos; la protección de las vacunas y los cambios mundiales en la oferta y la demanda de vacunas contra la COVID-19; la inmunidad híbrida; las posibles situaciones futuras de transmisión del SARS-CoV-2 y los retos que plantean las emergencias sanitarias simultáneas; y la forma en que los Estados Miembros están respondiendo a la pandemia de COVID-19. El Comité también observó con preocupación el cansancio por la situación de pandemia que se vive en las comunidades de todo el mundo y los problemas que comporta la falta de confianza en las orientaciones científicas y en los gobiernos.

El Comité reconoció que el SARS-CoV-2 constituye un patógeno respiratorio nuevo que aún no ha establecido su nicho ecológico. La evolución vírica del SARS-CoV-2 sigue siendo impredecible. La situación se ve agravada por la amplia circulación e intensa transmisión del virus entre los humanos, así como por la introducción generalizada de la infección en una variedad de especies animales con potencial para establecer reservorios animales. La morbimortalidad del SARS-COV-2 todavía es muy elevada, especialmente entre los grupos humanos vulnerables. En este contexto, el Comité reiteró su preocupación ante el uso inadecuado de los antivíricos, que puede conducir a la aparición de variantes farmacorresistentes. Además, los miembros del Comité reconocieron la capacidad de respuesta a escala nacional, regional y mundial frente a la pandemia de COVID-19, pero señalaron con inquietud que algunos Estados Partes han relajado las medidas sociales y de salud pública y han pasado a efectuar menos pruebas diagnósticas, lo que dificulta el seguimiento mundial de la evolución del virus. El Comité también expresó su intranquilidad ante la incoherencia de los requisitos mundiales contra la COVID-19 en los viajes internacionales y los efectos negativos que las medidas inadecuadas pueden surtir en todo tipo de viajes internacionales. En este contexto, el Comité señaló que ofrecer a los grupos de viajeros internacionales de alto riesgo la posibilidad de vacunarse a su llegada podría considerarse una forma de mitigar el riesgo de enfermedad grave o muerte por COVID-19 entre dichas personas.

El Comité incidió en la importancia de mantener las medidas sociales y de salud pública para proteger a los grupos de población vulnerables, con la posibilidad de ampliarlas si la situación epidemiológica cambia. Se aconseja a los Estados Partes que ajusten periódicamente sus estrategias de respuesta mediante el seguimiento de la situación epidemiológica (por ejemplo, con pruebas de diagnóstico rápido), la evaluación de la capacidad de los sistemas de salud y la consideración del cumplimiento de las medidas sociales y de salud pública individuales y combinadas y el impacto que se les pueda atribuir.

Además, el Comité señaló la necesidad de mantener la cooperación y la coordinación internacionales a efectos de vigilancia, con una notificación adecuada de los datos resultantes en los sistemas mundiales establecidos a tal efecto (como el Sistema Mundial de Vigilancia y Respuesta a la Gripe) para fundamentar las respuestas a escala nacional, regional y mundial. Las actividades de vigilancia requieren la coordinación entre los sectores de salud humana y animal y una mayor atención mundial a la detección de infecciones en animales y a los posibles reservorios entre los animales domésticos y salvajes. El seguimiento exhaustivo y el intercambio adecuado de datos sobre la infección por el SARS-CoV-2 y su transmisión y evolución en los seres humanos y los animales contribuirán a la comprensión general de la epidemiología y ecología del virus, la aparición de nuevas variantes, su detección oportuna y la evaluación de los riesgos que conllevan para la salud pública. La OMS, en sus tres niveles, debe seguir brindando orientación y apoyo técnico para que los Estados Partes ajusten la vigilancia de la COVID-19 y la integren en los sistemas de vigilancia de los patógenos respiratorios.

El Comité añadió que la vacunación contra la COVID-19 constituye una herramienta fundamental para reducir la morbimortalidad y que reviste una importancia capital (tanto la serie básica como las dosis de recuerdo, incluso a través de pautas de vacunación heterólogas). El Comité agradeció la labor de la OMS y de los asociados para mejorar el suministro y la distribución mundial de vacunas. Los miembros del Comité mencionaron las dificultades que supone que la limitada protección de la vacunación, especialmente en los países de ingresos bajos, así como la disminución de la inmunidad entre la población. Como se describe en la hoja de ruta del SAGE, los programas de vacunación deben dar prioridad a los grupos de alto riesgo, como los trabajadores de la salud, las personas mayores, las personas inmunodeprimidas, los refugiados y los migrantes. Para mejorar la utilización de las vacunas, se insta a los Estados Partes a eliminar los obstáculos nacionales y subnacionales que dificultan el despliegue de las vacunas y a asegurarse de que las medidas para responder a la COVID-19 estén en consonancia con las actividades de inmunización y los servicios de atención primaria y los refuercen.

Asimismo, el Comité reafirmó la importancia de que la OMS siga brindando orientaciones, capacitación y herramientas a los Estados Partes para apoyarlos en proceso de planificación de la recuperación tras la pandemia de COVID-19 y la planificación de la preparación frente a futuras pandemias provocadas por patógenos respiratorios.

El Comité acordó por unanimidad que la pandemia de COVID-19 sigue constituyendo un evento extraordinario que continúa afectando negativamente a la salud de grupos poblacionales de todo el mundo, conlleva un riesgo de propagación internacional y de interferencia con el tráfico internacional, y requiere una respuesta internacional coordinada. El Comité subrayó la importancia de que los Estados Partes se preparen para lo que pueda deparar el futuro con la ayuda de la OMS y sigan utilizando adecuadamente las herramientas básicas (vacunas, tratamientos y medios de diagnóstico). El Comité coincidió en que la pandemia de COVID-19 sigue siendo una emergencia de salud pública de importancia internacional (ESPII) y ofreció su asesoramiento al Director General.

El Director General declaró que la pandemia de COVID-19 sigue constituyendo una ESPII. Aceptó el asesoramiento del Comité y lo remitió a los Estados Partes como recomendaciones temporales en virtud del RSI. 

El Comité de Emergencias volverá a reunirse en un plazo de tres meses o anteriormente, a discreción del Director General. El Director General dio las gracias al Comité por su labor.

Recomendaciones temporales para los Estados Partes

1. RECOMENDACIÓN NUEVA: Reforzar la respuesta nacional a la pandemia de COVID-19 mediante la actualización de los planes nacionales de preparación y respuesta para que estén en consonancia con las prioridades y las posibles situaciones descritas en el Plan Estratégico de Preparación y Respuesta de la OMS de 2022. Los Estados Partes acometerán evaluaciones (por ejemplo, exámenes paralelos a la acción y posteriores a la acción) para fundamentar las iniciativas presentes y futuras de respuesta y preparación. Plan Estratégico de Preparación y Respuesta de la OMS (en inglés)

2. RECOMENDACIÓN MODIFICADA: Alcanzar las metas nacionales de vacunación contra la COVID-19 de conformidad con la recomendación general de la OMS de que al menos el 70% de la población de todos los países esté vacunada a principios de julio de 2022. Se pide a los Estados Partes que promuevan el acceso mundial equitativo a las vacunas y que vacunen de forma prioritaria (serie básica y dosis de refuerzo) a los grupos de alto riesgo, en particular a los trabajadores de la salud, las personas mayores, las personas con afecciones subyacentes, las personas inmunodeprimidas, los refugiados, los migrantes, las personas que viven en entornos frágiles y las personas con acceso insuficiente a tratamiento. Los Estados Partes deben evaluar continuamente cuál es su cobertura de vacunación y situación epidemiológica en relación con la pandemia de COVID-19 para modificar las respuestas nacionales en consecuencia. Hoja de ruta del SAGE de la OMS para el establecimiento de prioridades

3. RECOMENDACIÓN MODIFICADA: Seguir aplicando medidas sociales y de salud pública científicamente fundamentadas y basadas en los riesgos. Los Estados Partes deben estar preparados para ampliar rápidamente las medidas sociales y de salud pública ante cualquier cambio en el virus y en la inmunidad de la población que comporte un aumento de las hospitalizaciones, los ingresos en las unidades de cuidados intensivos y las muertes por COVID-19 y menoscabe la capacidad del sistema de salud. Se aconseja a los Estados Partes que sigan aplicando medidas sociales y de salud pública básicas en función de los riesgos (por ejemplo, el uso de mascarillas, la permanencia en casa en caso de enfermedad, la higiene frecuente de manos y la mayor ventilación de los espacios interiores, incluso en periodos de baja circulación del SARS-CoV-2). Consideraciones para aplicar y ajustar medidas de salud pública y sociales en el contexto de la COVID-19

4. RECOMENDACIÓN MODIFICADA: Adoptar un enfoque basado en los riesgos para las concentraciones multitudinarias evaluando, mitigando y comunicando los riesgos. Reconocer que hay diferentes factores impulsores y niveles de tolerancia al riesgo en las concentraciones multitudinarias es fundamental para tener en cuenta el contexto epidemiológico (incluida la prevalencia de las variantes preocupantes y la intensidad de la transmisión), la vigilancia y la capacidad de rastreo de los contactos y de realización de pruebas, así como el cumplimiento de las medidas sociales y de salud pública al realizar esta evaluación del riesgo y planificar cualquier acto de conformidad con las orientaciones de la OMS. Recomendaciones básicas para la planificación de concentraciones multitudinarias en el contexto de la COVID-19

5. RECOMENDACIÓN MODIFICADA: Ajustar la vigilancia de la COVID-19 para centrarla en la carga y el impacto de la enfermedad y facilitar una integración sostenible con otros sistemas de vigilancia. Los Estados Partes deben recopilar y compartir públicamente indicadores que permitan hacer el seguimiento de la carga de la COVID-19 (como las nuevas hospitalizaciones, los ingresos en las unidades de cuidados intensivos y las muertes). Los Estados Partes deben integrar la vigilancia de las enfermedades respiratorias aprovechando y mejorando el Sistema Mundial de Vigilancia y Respuesta a la Gripe. Se debe alentar a los Estados Partes a: 1) contar con estrategias de realización de pruebas representativas; 2) centrarse en la alerta temprana y el seguimiento de las tendencias, por ejemplo mediante la vigilancia de las aguas residuales; 3) controlar la gravedad de la enfermedad en los grupos vulnerables; y 4) mejorar la vigilancia genómica para detectar posibles variantes nuevas y vigilar la evolución del SARS-COV-2. Orientaciones para la vigilancia de las variantes del SARS-CoV-2; y Estrategia mundial de vigilancia genómica de patógenos con potencial pandémico y epidémico 2022–2032 de la OMS (en inglés) 

6. RECOMENDACIÓN MODIFICADA: Asegurar la disponibilidad de los servicios de salud, sociales y educativos esenciales. Los Estados Partes deberían mejorar el acceso a la atención de salud, restableciendo los servicios de salud a todos los niveles y fortaleciendo los sistemas sociales para atender los efectos de la pandemia, especialmente en los niños y los jóvenes. En este contexto, los Estados Partes deben mantener los servicios de educación, con las escuelas plenamente abiertas y con aprendizaje presencial. Además, se prestarán servicios de salud esenciales (como la vacunación contra la COVID-19) a los inmigrantes y otros grupos vulnerables de forma prioritaria. Generación de resiliencia en los sistemas de salud en pro de la cobertura sanitaria universal y la seguridad sanitaria durante y después de la pandemia de COVID-19: documento de posición de la OMS; El estado de la crisis educativa mundial: un camino hacia la recuperación | UNICEF

7. RECOMENDACIÓN MODIFICADA: Levantar las prohibiciones al tráfico internacional y seguir ajustando las medidas aplicables a los viajes en función de las evaluaciones de riesgos. El fracaso de las prohibiciones de viajar introducidas tras la detección y notificación de la variante ómicron para limitar su propagación internacional demuestra la ineficacia de dichas medidas con el paso del tiempo. La aplicación de medidas relacionadas con los viajes (como la vacunación y el cribado, por ejemplo mediante pruebas, el aislamiento/la cuarentena de viajeros) debería basarse en evaluaciones de riesgos y evitar que la carga financiera recaiga sobre los viajeros internacionales, de conformidad con el artículo 40 del RSI. Recomendaciones de la OMS relacionadas con el tránsito internacional en el contexto de la variante ómicron del SARS-CoV-2 (en inglés)

8. RECOMENDACIÓN MODIFICADA: NO exigir una prueba de vacunación contra la COVID-19 para los viajes internacionales como única vía o condición para permitir los viajes internacionales. Los Estados Partes deberían considerar un enfoque basado en los riesgos para facilitar los viajes internacionales. Documento de posición provisional: consideraciones sobre la prueba de vacunación contra la COVID 19 para viajeros internacionales (en inglés) y Consideraciones normativas relativas a la aplicación de un enfoque basado en los riesgos para los viajes internacionales en el contexto de la COVID-19

9. RECOMENDACIÓN MODIFICADA: Abordar los retos que plantea la comunicación de riesgos y la participación comunitaria, contrarrestar la información incorrecta y la desinformación de forma proactiva, e incluir a las comunidades en la toma de decisiones. Para restablecer la confianza y hacer frente al cansancio por la situación de pandemia, los Estados Partes deberían explicar de manera clara y transparente los cambios en su estrategia de respuesta. Recursos de comunicación de riesgos de la OMS (en inglés)

10. RECOMENDACIÓN MODIFICADA: Apoyar la utilización oportuna de los tratamientos recomendados por la OMS. Debe fomentarse y apoyarse la producción local y la transferencia de tecnología, puesto que una mayor capacidad de producción puede contribuir al acceso equitativo a los tratamientos a escala mundial. Los Estados Partes deben facilitar el acceso de los grupos vulnerables (especialmente las personas inmunodeprimidas) a los tratamientos contra la COVID-19, puesto que de esta forma también se reduce la probabilidad de que aparezcan nuevas variantes. Opciones terapéuticas y COVID-19: orientaciones evolutivas (en inglés)

11. RECOMENDACIÓN MODIFICADA: Realizar investigaciones epidemiológicas de la transmisión del SARS-CoV-2 en la interfaz entre los seres humanos y los animales, y una vigilancia centrada en los posibles huéspedes y reservorios animales. Las investigaciones sobre la interfaz entre los seres humanos y los animales deben adoptar el principio de «Una sola salud» e implicar a todas las partes interesadas, como los servicios veterinarios nacionales, las autoridades encargadas de la flora y la fauna silvestres, los servicios de salud pública y el sector del medio ambiente. En aras de la transparencia internacional y de conformidad con las obligaciones internacionales de presentación de informes, los resultados de las investigaciones conjuntas deben hacerse públicos. Declaración del Grupo Consultivo sobre la Evolución del SARS-CoV-2 en los Animales (en inglés)

 

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